lunes, 9 de abril de 2018

Cabeçó d´Or: Directa Gudari (140m, 6b)

En asedio mental de Terradets, el Enfermero Loco y yo nos dirigimos a Levante en Semana Santa para hacer tiempo mientras escampa.

De viaje elegimos entre varias alternativas "deportiveras" de varios largos, que parece ser que es lo que se lleva por ahí (yo llevo mucho sin hacer tapia y no quiero sufrir). Nos decidimos por la Directa Gudari; según lo que leemos en los blogs destaca por su escalada de continuidad y buena roca, así que perfecto.

Llegamos a Busot a medianoche, y de ahí vamos al parking donde empiezan los senderos al Cabezón y se ve un cartel también que anuncia las Cuevas del Canelobre sobre la carretera. Todo llenito de atracciones y buen tiempo por aquí. Aparcamos debajo de un olivo y nos tiramos entre el caos de la furgo a dormir.

Sin madrugar en exceso (somos los últimos que salimos disfrazados de escaladores hacia la pista) nos encaminamos hacia la Muralla Roja un poco a lo loco; nos hemos imaginado que estará "por donde está todo" y tiramos. Las vías más populares están en la pared de los Alcoyanos, que se ve desde el parking. La nuestra es cara norte, la "vemos" desde el parking, pero a medida que nos acercamos nos damos cuenta de que no es. Nuestra pared tiene unos pliegues oblicuos que yo no identifico en ninguna parte del panorama.

Mientras intentamos interpretar unas fotos que tenemos y nos imaginamos murallas rojas en todas partes, nos alcanzan unos escaladores madrileños. Les preguntamos, pero también es su primera vez; no obstante uno de ellos es espeleólogo-geólogo y repara en los pliegues característicos: "¿Véis el buzamiento? Tenéis que encontrar el buzamiento éste".

Total, que ya en la casa de Fritz (un austríaco que se hizo una casa al pie del Cabeçó y se quedó a vivir por aquí), muy clave en las direcciones de aproximación a las vías, vemos que aquí hay mucha roca, y que a la vuelta de la esquina podría estar ya nuestro muro buzado.

Esto es lo que se ve cuando pasamos la pared de los Alcoyanos y yo pensaba
que no había más roca...


Eureka! 5 min después de pasar la casa (llevaremos media hora desde el parking), empezamos a vislumbrar una pared bien arrugada como al que buscamos. Sólo queda subir por los bancales de pinos y atravesar los matorrales espinosos mientras ellos nos atraviesan a nosotros (qué bien el monte mediterráneo...) hasta llegar al túnel de roca, y de ahí seguir bien cerca de la pared hasta el pie de vía.



Palito-palito, me toca a mí empezar para variar.

L1: roca putrefacta los primeros metros del largo, tal y como prometían los croquis; cuidadín si apreciáis a vuestro compi de escalada. Luego se pasa y ya ni te acuerdas.

Toda la vía a la sombra, perfect!


R1

L2: muy deportivo, bien chapado. Un par de pasitos pie-mano muy locos (pienso, cuando veo al Enfermero Loco en modo-bloque-ON; luego yo termino haciendo lo mismo, es bastante obligadillo el gesto).

L3: más placa fina, y yo feliz, claro. Termina la placa y dudo un momento por donde seguir, debería de verse un clavo... Estiro el cuello cual Adam Ondra, miro a la derecha y veo un diedro descompuesto. Retraigo cuello. A la izqda, desplome hacia la NADA con romos. Elijo la Nada. Supero la panza algo tensa y veo unos cordinos roñosos colgando del clavo :D. Chapo y mi mundo cambia.

Superfeliz con mis nuevos pies de gato para tapia. En otra vida debí
ser geisha y no soporto que me aprieten más de lo
necesario o que sean muy duros. No me sponsorizan eh, pero
oye, marca-con-nombre-de-cañón/lago-californiano,
que yo no me cierro a nada...


L4+L5: Aquí viene la "fisura de dedos desplomada". Es muy corta. Conviene llevar el 0,5 (camalot) a mano. Se protege bien pero impresiona un poco. Hay que mover pies bien y no atacarle de frente o se vuelve todo muy intenso. El último largo se puede empalmar. Seguimos con la placa desplomada del goce y unos "mánteles" fuera de contexto en uno de los últimos pasos que, por lo menos a mí, para delicia del asegurador, me hacen croquetear de manera poco elegante por la repisa para subir en libre.

Tiempo total de la vía: 3.30h.

Bajada: Según llegamos a la cumbre hay que ir hacia la derecha siguiendo la cresta, a ser posible no por el lado del precipicio... Al final de la cresta, destrepamos y alcanzamos la pedrera que está pegada a la pared de los Alcoyanos, que nos llevará a la casita de Fritz.

Nuestra bajada fue un poco tensa porque nos enriscamos al ir hablando distraídos. Cuando nos vimos en la situación, fuimos a subir a la cresta de nuevo; una trepada "tonta" y fácil al principio, y roto y feo unos pasos más allá. Nada recomendable. Afortunadamente mantuvimos la calma (por turnos) y nos rescatamos (por turnos).

de camino a celebrar la vida
después de la bajada...


Éste es el croquis bueno, la aproximación está hecha con amor. Del blog rocayhielo.
Del blog de los hermanos Cano (los que escalan). Ahí se aprecia nuestro
querido buzamiento, a la derecha del penúltimo largo.



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