viernes, 6 de abril de 2018

La noche tibia y la luz de luna...

Dos cositas que agradecí muy fuerte después de un largo y oscuro invierno, ponen fin a un período glaciar del blog.

Más allá de la meteorología del primer día de mi reciente viaje, las paredes que me inspiraron una vez me han revuelto para bien.

Quiero seguir hablando de caminos verticales a explorar y además de adjuntar suculentas reseñas, transmitir lo que se sale de lo perpendicular al suelo y que no se puede numerar ni aplanar en un papel (maldito romanticismo primaveral). Que cada cual le dé a la sustancia la forma que quiera.

Ay, Pachamama, aléjeme usted de la pedantería, se lo ruego ^_^ 



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